Sector de La Chimba en Antofagasta sería uno de los principales damnificados en caso de aluvión
En nuestro país, los peligros de las lluvias intensas son recurrentes y van en aumento de la mano del Cambio Climático. Además, son uno de los peligros de origen natural que más daños causan a las infraestructuras e incluso provocan muertes cada año, señala el artículo “Flow-Type Landslides Analysis in Arid Zones: Application in La Chimba Basin in Antofagasta, Atacama Desert (Chile)”, elaborado por la doctora (c) en geología UCN e investigadora del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres, CIGIDEN, Francisca Roldán Marambio.
Según el estudio –donde también participa el subdirector de CIGIDEN y académico UCN, Gabriel González, entre otros autores–, Antofagasta registra la mayor catástrofe de remociones en masa, ocurrida el 18 de junio de 1991. “Esto ocurre porque esta amenaza geológica puede desarrollarse en diversas zonas geográficas con diferentes características geomorfológicas, geológicas y climáticas, e incluso en zonas hiperáridas, como el desierto de Atacama. Estas amenazas son capaces de desarrollarse de forma muy puntual y provocando grandes desastres socionaturales”, advierte Francisca Roldán.
De hecho, a escala mundial, el cambio climático ha causado enormes daños, en particular, debido a las amenazas de origen hidrometeorológico. Solo desde el año 2000 y hasta el 2019, se han registrado 7.348 de ellas, aumentando un 174% en comparación con los 20 años anteriores (1980-1999). A su vez, las inundaciones fueron los desastres más frecuentes, representando el 44% de todos los desastres.
Procesos hidrometeorológicos
En Chile, en tanto, las amenazas generadas por procesos hidrometeorológicos son las más frecuentes. La geóloga UCN explica que la geografía, geomorfología, características climáticas del país, entre otras, son favorables para su desarrollo, debido a las extensas cuencas hidrográficas desarrolladas principalmente en zonas montañosas como la Cordillera de la Costa y la Cordillera de los Andes. “Los registros del cambio climático, además, indican que la frecuencia de las precipitaciones ha disminuido y disminuirá en Chile, pero aumentará su intensidad”, señala.
La ciudad de Antofagasta, indica la doctora (c) en geología, es un ejemplo de un clima hiperárido, donde se han presentado eventos de lluvias torrenciales que han desencadenado la activación de las cuencas ubicadas en la Cordillera de la Costa y que causado la muerte de personas asentadas en el piedemonte y cuantiosos daños económicos por remociones en masa.
Considerando este escenario y con una mirada preventiva ante el riesgo de desastres, este estudio analiza la respuesta hidrológica en cuanto a las remociones en masa tipo flujos en la cuenca de La Chimba, donde hoy existe un importante número de urbanizaciones adyacencias al ex vertedero Municipal de La Chimba y a un sitio de extracción de áridos, que actualmente se encuentra en funcionamiento. Asimismo, se desarrollarán proyectos inmobiliarios, lo que proyecta un incremento considerable de la población en el lugar, junto a la reactivación para visitantes de la Reserva Nacional La Chimba a cargo de CONAF.
Características geológicas e hidrológicas
“Realizamos un análisis sedimentológico, morfométrico e hidrometeorológico de la cuenca La Chimba y zonificamos las áreas urbanas susceptibles de inundación. Esto mediante la generación de una simulación matemática del avance de los flujos de detritos (material sedimentario con partículas de rocas), con uso de softwares especializados y en conjunto con LIDAR, para un periodo de retorno de 200 años, presentando como el peor escenario” explica la investigadora.
¿El resultado? La Chimba es una cuenca con características hidrológicas óptimas para el desarrollo de flujos de detritos, con respuestas rápidas y posibilidades de desarrollar caudales detríticos importantes, cuyo desplazamiento abarca incluso áreas de la población La Chimba cercanas al borde costero.
“Califica, por lo tanto, como zonas susceptibles a impacto de aluviones. A pesar de que esta área estaba fuera del radio urbano durante el gran aluvión del de 1991 y no existen registros oficiales de activación previos en la cuenca, si hay evidencia geológica e hidrológicas de generación de aluviones en caso de lluvias futuras”, advierte Francisca Roldán. Además, agrega, “no cuenta con construcciones de mitigación aluvional acorde a las características de la cuenca, por ausencia de urbanización en el año del desastre”.
Alerta temprana de aluviones
Por otro lado, Chile no cuenta con un sistema de monitoreo y alerta temprana de aluviones, y según Roldán, la población y las autoridades desconocen el tiempo de evacuación con el que cuentan, en caso de generarse la activación de las cuencas. “Actualmente, solo hay alertas meteorológicas en un territorio donde la expansión urbana no está controlada, con un sin número de viviendas informales (campamentos) construidas con materiales poco resistentes y ubicadas en el piedemonte de la Cordillera de la Costa, al interior de las cuencas e incluso, al interior de las propias obras de mitigación aluvial”, recalca.
Por otra parte, la experta hace hincapié en que estos sistemas de alerta meteorológica dependen exclusivamente de la conexión a internet y de la luz eléctrica. Esta última, generalmente se interrumpe en el norte de Chile por efecto de las lluvias y no todas las familias cuentan con este servicio de conexión de forma permanente.
A juicio de la autora, para reducir el impacto de los eventos aluviales, se deben conocer y actualizar las áreas de impacto de forma regular, especialmente en las zonas donde están altamente urbanizadas. “Es fundamental predecir las zonas de impacto de los flujos de detritos/lodo para establecer una adecuada planificación territorial y evitar que se vuelvan a producir desastres socionaturales” sostiene.
Los relevantes resultados de esta investigación, fueron recientemente presentados por Francisca Roldán ante CONAF Antofagasta, MINVU y SERVIU Antofagasta, con la finalidad de aportar evidencia científica para la política pública y la toma de decisiones.