Antofagasta vuelve a liderar mortalidad por cáncer de pulmón en Chile
En Chile se diagnostican anualmente más de 3.900 casos de cáncer de pulmón, según proyecciones 2020 del Observatorio Global del Cáncer (Globocan). El principal responsable de esta enfermedad, que consiste en el crecimiento descontrolado de células de los pulmones, es el consumo de tabaco.
A pesar de que se trata de una patología que se puede prevenir, y que en 9 de cada 10 casos tratar de manera curativa, durante los últimos años se ha registrado un fuerte incremento tanto en incidencia como en mortalidad. Según el Departamento de Estadísticas e Información de Salud (DEIS) del Ministerio de Salud, entre 2021 y 2022, el cáncer de pulmón se mantuvo como la primera causa de muerte por cáncer en hombres y mujeres de nuestro país, con más de 6.770 fallecimientos.
Al igual que otras patologías oncológicas, el cáncer de pulmón tiene un fuerte impacto a nivel regional. De hecho, de acuerdo con información del DEIS, durante 2022, la Tasa Ajustada de Mortalidad (TAM) de la región de Antofagasta fue de 22,12. Es decir que por cada 100 mil habitantes, 22 perdieron la vida por esta causa, ubicando a esta zona nuevamente en primer lugar de mortalidad país. Más atrás le siguen las regiones de Valparaíso y Atacama respectivamente.
Entre 2021 y 2022, Antofagasta registró más de 290 decesos por esta patología, de los cuales el 64% correspondió a hombres y el 36% a mujeres. Las comunas donde se registró el mayor número de muertes por esta enfermedad fueron Antofagasta, 76%, Calama, 13%, Tocopilla, 6% y Taltal con el 2%, respectivamente.
En cuanto al rango etario más afectado, el 58% de las muertes se produjo en hombres y mujeres entre los 70-89 años, seguido por un 38% entre los 50-69 años.
Bajo este escenario, el Dr. Juan Emilio Cheyre, jefe de cirugía torácica de Fundación Arturo López Pérez (FALP), señala que “minimizar el impacto del tabaco en el organismo, sumado al desconocimiento general de la población y, en especial del grupo de mayor riesgo sobre la enfermedad, representan importantes barreras en torno al abordaje de esta patología. Muchos fumadores creen que la falta de sintomatología es un indicador de que su salud anda bien y que no deberían preocuparse. Pero lo que no saben es que la presencia de síntomas como: tos persistente o con sangre, sibilancia (sonido como silbido al respirar) y dolor en el pecho, entre otros, nos alertan de una enfermedad en etapa más avanzada”.
Educación: pilar de la prevención.
Para el Dr. Cheyre, la educación es un aspecto primordial en la concientización de las personas, tanto en materia de prevención como también de diagnóstico precoz de esta patología. “Desarrollar campañas de educación y de concientización transversales a la comunidad, adquieren aún mayor importancia teniendo en cuenta que el inicio del hábito tabáquico es cada vez más precoz. Como país hemos registrado importantes avances en materia normativa para reducir el consumo de tabaco. Sin embargo, hasta ahora el grueso del trabajo se ha centrado en el segmento fumador y no en el grupo donde podemos generar cambios conductuales reales que nos permitan disminuir, a futuro, las cifras de incidencia y mortalidad de esta enfermedad: nuestros niños y jóvenes”, indicó.
Bajo el concepto “Da un respiro a tus pulmones”, FALP presentó por segundo año consecutivo su campaña educativa y de detección precoz de esta enfermedad, con un llamado concreto a que cada persona tome un rol activo en el cuidado de su salud: evitando el tabaco, e informándose sobre los riesgos asociados a su consumo. A esto se suma el llamado a realizar controles preventivos con un especialista si se está en el grupo de mayor riesgo. Es decir, personas entre 50-80 años que hayan fumado una o más cajetillas al día durante al menos 20 años, independiente que en la actualidad hayan dejado de fumar. No hay que olvidar que el humo del tabaco contiene miles de sustancias químicas. De ellas, más de 250 son dañinas para la salud, y más de 70 cancerígenas.
Si bien el tabaquismo es responsable de 9 de cada 10 casos de cáncer de pulmón, y de la muerte de 8 de cada 10 personas con esta enfermedad, existen otros factores de riesgo que pueden incrementar la posibilidad de desarrollar esta patología: ser fumador pasivo (expuesto al humo ambiental del tabaco), tener antecedentes familiares directos de cáncer de pulmón, haber recibido radioterapia en el pecho, estar expuesto al arsénico en el agua potable y exponerse al radón y al asbesto.