Antofagasta: Estudio determinó que el 47% de emisiones de CO2 proviene de autos particulares
Antofagasta no ha quedado indiferente al cambio climático ni a la crisis medioambiental. La presencia de microbasurales urbanos, contaminación por material particulado y las emisiones de gases efecto invernadero han puesto en jaque la calidad de vida de los habitantes de la ciudad.
A nivel mundial, el 13% de la contaminación por Gas de Efecto Invernadero proviene del sector del transporte. De esta cifra, un 80% corresponde transporte terrestre, un 13% a transporte aéreo, 7% a transporte marítimo y un 0,5% a transporte ferroviario. Estos índices son preocupantes debido a que han aumentado considerablemente en la última década.
En el caso de Antofagasta, se ha registrado un crecimiento exponencial durante 10 años. Según el Registro de Emisiones y Transferencias Contaminantes, el 47% de Gas de Efecto Invernadero proviene de automóviles particulares, un 21% de transporte terrestre y un 14% de transporte público.
Ante este escenario, se está diseñando -con participación del mundo público, privado y sociedad civil-, el Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) que lo lidera el GORE, financiado por el programa EUROCLIMA+, implementado por la Agencia de Cooperación Alemana para el Desarrollo (GIZ), la asistencia técnica de Cityplanning y además de la Fundación Urbanismo Social está a cargo del Proceso de Participación Colectiva.
Esta iniciativa busca cambiar el actual paradigma del transporte hacia una planificación que privilegie modos más eficientes de movilidad y de menores emisiones.
“El PMUS estimula la movilidad desde una mirada ambiental, buscando reducir la huella de carbono que generan los distintos medios de transportes de Antofagasta. Este plan apunta a disminuir el impacto de los efectos del cambio climático y a su vez, impulsar un modelo de ciudad que esté centrada en las personas” explicó Matías Carrión de la Fundación Urbanismo Social.
Desde el Gobierno Regional de Antofagasta afirman que están trabajando para impulsar una movilidad urbana más sostenible y amigable con el medio ambiente, que contribuya a disminuir la emisión de gases de efecto invernadero, que permita el desarrollo de una ciudad a escala humana en que bienes y servicios, públicos y privados, estén distribuidos con criterios de equidad urbana y territorial para que la caminata y la bicicleta sean los principales medios de transporte.
Nicolás Pérez de la Fundación Antofagasta Sostenible e integrante de la Mesa Social señaló que “las exigencias medioambientales a nivel mundial, nos genera la necesidad de repensar la planificación de las ciudades. Como sabemos, la forma en la cual se desenvuelve y se desplazan las personas genera una huella de carbono, en la cual los distintos gobiernos y sobre todo los locales deben replantearse sus modelos”.