Proyecto busca revalorizar y transformar productos orgánicos desechados por la Vega Central de Antofagasta
El departamento de Ciencias de los Alimentos y Nutrición de la Universidad de Antofagasta, impulsó un proyecto llamado “Valora Alimentos” que busca recuperar los productos de origen vegetal desechados por la Vega Central de Antofagasta y el Terminal Agropecuario de Calama, para revalorizarlos mediante su transformación en otras alternativas alimentarias.
A diario, dichos lugares desechan más de 2 toneladas de alimentos aptos para el consumo humano ya que mantienen intactas sus propiedades nutritivas, pero son marginadas por los compradores debido a sus defectos de apariencia, tamaño u otros y luego son desechadas.
María José Larrazábal, doctora en Tecnología de Alimentos y directora del proyecto, detalló que “en Antofagasta se botan 5 o 6 toneladas de materia orgánica al día y de ella una tonelada y media es producto apto para el consumo que no se comercializa porque se rompió un ganchito o tiene un golpe.
En Calama calculamos de media tonelada a 800 kilos diarios, es decir, tenemos más de dos toneladas de alimentos en buen estado que se está perdiendo todos los días”.Dicha iniciativa es financiada por Corfo y el apoyo de la Agencia Chilena para la Calidad e Inocuidad Alimentaria (Achipia), y se divide en tres etapas, levantamiento de información y elaboración de un modelo de gestión, transferencia tecnológica y difusión.
Con apoyo de cocineros y chefs se desarrolló un recetario de preparaciones elaboradas a partir de productos recuperados y en agosto se llevo a cabo una degustación a público general en Calama y Antofagasta, actividad que se volverá a realizar en la capital regional, “el 29 septiembre, de 11 a 13.30 horas, tendremos otra degustación en el parque Brasil, cerca del odeón, con motivo de la celebración del Día Internacional del Desperdicio Alimentario.
Ahí tendremos distintas preparaciones elaboradas a partir de alimentos rescatados y el público podrá probarlos y darse cuenta que son productos muy ricos y nutritivos”, explicó la doctora Larrazábal.Además, la directora señaló “Queremos generar carteras de proyectos para uso alimentario, trabajar por ejemplo con emprendedores que puedan hacer mermeladas, salsas, harinas verdes u otros productos a partir de lo que es posible recuperar en ambos centros agropecuarios”.
El proyecto también busca abrir una segunda línea de trabajo con dichos productos orgánicos que, por motivos sanitarios, ya no son aptos para consumo humano, como los tallos y hojas, que se pueden utilizar para alimentación animal, fabricación de envases y, en última instancia, para compostaje.Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), un tercio de los alimentos producidos para el consumo humano se pierde o desperdicia en el mundo, lo que representa unos 1.300 millones de toneladas de alimentos al año.