Antofagasta encabeza la lista nacional con más de 136 mil clientes afectados por choques a postes eléctricos
De acuerdo con un reciente comunicado de CGE, entre enero y julio de 2024 se han registrado 1.815 accidentes de tránsito que han causado daño o destrucción a la infraestructura eléctrica en todo Chile. Estos incidentes han afectado postes, transformadores y cables, resultando en cortes de energía para 1.212.625 clientes de la compañía.
En promedio, el país enfrenta alrededor de 10 de estos accidentes al día, una cifra que refleja una creciente preocupación. Francisco Jaramillo, subdirector de operaciones de CGE, expresó su alarma: “Este es un problema muy grave. La tendencia al alza que muestran estos accidentes en los últimos años nos preocupa profundamente, ya que esto impacta directamente en la calidad y continuidad del suministro eléctrico. Nuestro llamado es a que las personas realicen una conducción segura y a la defensiva, ya que esto permite resguardar en primer lugar su propia vida y la de sus acompañantes, permitiendo a la vez evitar daños a la infraestructura eléctrica tan necesaria para todas las actividades que realizamos a diario. Por nuestra parte, como Compañía seguiremos realizando campañas de seguridad, pero en este tema necesitamos la colaboración de todos”.
La Región Metropolitana lidera el número de clientes afectados, con 235.127 usuarios sin energía, especialmente en comunas como San Bernardo, Puente Alto, El Bosque, La Pintana y Melipilla. Le siguen la Región de O’Higgins con 231.296 afectados, el Maule con 153.474, y Antofagasta con 136.803 clientes sin electricidad debido a accidentes.
En términos de comunas, el “Top Ten” de accidentes en el primer semestre de 2024 incluye Antofagasta con 107 incidentes, San Bernardo con 99, y Puente Alto con 96. También se destacan Calama, San Vicente y Rancagua en la lista.
Jaramillo también comentó sobre el impacto de estos accidentes: “Estos accidentes no solamente dejan personas lesionadas, sino que también afectan el desarrollo de las actividades cotidianas y productivas de las ciudades. A esto, debemos sumar el impacto en el comercio, en los centros de salud, los colegios y universidades y en las personas que realizan teletrabajo o clases on-line, donde la disponibilidad de energía eléctrica es esencial para realizar sus labores con normalidad”.