Antofagasta: estudiante aymara escribió libro para enseñar su cosmovisión a los profesionales de la salud
Durante dos años, Javiera Quispe Villalobos recogió información y relatos sobre la cultura, tradiciones y costumbres directamente desde su pueblo Aymara con un solo objetivo en mente, escribir un libro que ayude a los profesionales de la salud que se desenvolverán en estas comunidades a generar un vínculo con sus habitantes.
La motivación provino de su propia experiencia, pues esta estudiante de quinto año de Terapia Ocupacional de la Universidad de Antofagasta, creció viendo los problemas que se producían en la relación profesional-usuario/a en la localidad de Putre, de donde es originaria al igual que toda su familia.
“En las comunidades hay personas que no hablan español, hablan Aymara, entonces no entienden lo que los médicos dicen y no pueden seguir las indicaciones. Es complicado el trato, porque cómo le preguntas a alguien qué le duele o cómo se siente, si no hablas la lengua. Hay una brecha profunda entre ambas culturas”, comenta la joven, de 25 años.
Como resultado de esta distancia cultural, el vínculo entre el personal de salud y el paciente no se formaba, surgía la desconfianza y, en definitiva, las personas abandonaban sus tratamientos.
Libro
“Cosmovisión Aymara: un acercamiento para profesionales de la salud”, es el nombre del libro escrito por Javiera Quispe Villalobos, que recoge los conocimientos y experiencias reunidos por esta estudiante de la Universidad de Antofagasta.
El texto, que será lanzado en mayo con el patrocinio de la Oficina de Transferencia y Licenciamiento de la UA, pero que ya puede ser descargado en https://otl-ua.cl/libros, entrega una mirada de la cultura, tradiciones y costumbres del pueblo Aymara, pensada precisamente para contribuir a un mejor vínculo en la práctica sanitaria.
“Esto es muy importante, porque si bien hoy existen los facilitadores interculturales que hacen de puente, es necesario que los profesionales de la salud conozcan la cosmovisión, de mi pueblo, que es un pueblo que está muy vivo en todo el norte y que tiene costumbres y tradiciones que deben respetarse”, indica la autora.
Parte fundamental del libro está dedicado a describir elementos importantes de la cultura aymara, como la Chakana, que es una representación escalonada del tiempo que permite entender todo lo que nos rodea, o las principales tradiciones y costumbres que marcan el ritmo de vida en las comunidades andinas.
Además, se orienta sobre las autoridades de la medicina andina, entre las cuales figuran el Yatiri, que es el sabio ancestral; los curanderos, llamados Qulliri; o las Usulliri, que asisten en los partos. Relacionado con esto, también se enumeran las enfermedades que, en la cultura aymara, pueden afectar a las personas por distintas razones, por ejemplo, no pedir permiso a la Pachamama o no recordar las almas de los parientes fallecidos, como ordena la costumbre ancestral.
El libro igualmente enseña cómo saludar y preguntar, se describen las partes del cuerpo humano y, en definitiva, se explica cómo, con todo esto, iniciar una conversación que permita crear un vínculo profesional-usuario/a, de manera que se logre una adherencia al tratamiento y finalmente se concrete la intervención en salud.
Asimetría
Javiera explica que históricamente esta brecha de conocimiento entre las culturas se ha manejado de manera asimétrica, pues es el comunero/a aymara quien ha debido aprender el español y sus costumbres para comunicarse, sin un esfuerzo mayor desde la otra parte.
“No ha existido una reciprocidad del profesional de la salud, que sigue desconociendo muchos aspectos de nuestra cosmovisión, y eso se nota cuando van a las comunidades. Hay veces en que los usuarios no llegan a las citas porque ese día coincide con una de nuestras fiestas tradicionales. Pero eso no lo sabe el profesional que hace la intervención, porque no ha sido capacitado. Ahí está la importancia de este libro”, agrega la estudiante.
Según contó Javiera, el libro es el más completo que se ha hecho en la materia, y sus primeros avances ya fueron presentados en dos congresos de Terapia Ocupacional realizados en Argentina y Temuco, generando mucho interés.
Las expectativas ahora son establecer contactos con los hospitales, centros de salud y universidades de todo el norte para que este conocimiento sea aprovechado.
“Es necesario que este conocimiento llegue a todos y todas, no solamente a personas que se desenvolverán en el ámbito de la salud, creo que será útil en muchos ámbitos, sirviendo como ejemplo para las futuras generaciones de estudiantes de pueblos originarios que quieran contribuir a su comunidad a través de sus propios relatos, por qué no, en otros libros… Jallalla (que sea en buena hora)”, explicó la alumna.