Desarrollan estudio para conservar la flora costera en riesgo de extinción de la región de Antofagasta
En pleno desarrollo se encuentra el estudio “Diagnóstico y conservación de la flora costera, región de Antofagasta”, que junto con diagnosticar el estado de conservación de estas especies presentes en toda la franja costera de la región, desde Tocopilla hasta el desierto costero de Taltal; aplicará medidas piloto de conservación ex–situ para lograr su propagación y posterior reintroducción en su hábitat natural.
Así lo dio a conocer el seremi de Medio Ambiente, Rafael Castro Meza, quien destacó que la iniciativa de cerca de 400 millones de pesos, que cuenta con financiamiento del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR), es implementada por la cartera que dirige y ejecutada por el Banco Base de Semillas del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), con vasta experiencia en la materia.
La autoridad ambiental explicó que actualmente existen una serie de amenazas a la flora costera de la región de Antofagasta, provenientes de distintas fuentes, que contribuyen potencialmente con la pérdida de biodiversidad y el deterioro de los ecosistemas, y ponen en riesgo los servicios ecosistémicos que proporcionan bienestar al ser humano. “Entre los efectos –explicó- podemos mencionar los de fuentes antrópicas tales como la presencia de ganado doméstico, el desarrollo de actividades industriales, energéticas y viales, la colecta de ejemplares por parte de especialistas, así como los efectos negativos de factores naturales, tales como la disminución en las precipitaciones y la ocurrencia de riesgos naturales (aluviones y derrumbes)”.
En ese contexto, manifestó que a través de la conservación de germoplasma (semillas) de, al menos, 100 especies de plantas amenazadas (conservación ex situ), el proyecto busca la propagación de 40 de estas especies (obtención de nuevas plantas) y la reintroducción de 10 especies, con lo que se busca contribuir a la preservación del valioso patrimonio florístico de la región, reconocido incluso a nivel internacional.
Muchas de las especies priorizadas en este importante estudio se encuentran en estado crítico de conservación. Por ejemplo, se ha estimado que la población mundial de la Dalea (Dalea azurea), una especie arbustiva de intenso color azul, no supera los 180 ejemplares y en el caso del Michay de Paposo (Berberis litoralis) la superficie ocupada por las plantas en el planeta no superaría las 1,2 hectáreas (superficie inferior a 2 canchas de fútbol). Los expertos botánicos coinciden que para estas especies con mayores problemas de conservación es urgente implementar medidas de conservación ex situ, de propagación y de reintroducción de plantas en su hábitat natural.
Castro explicó que el material genético de la flora costera amenazada, será almacenado en el Banco Base de Semillas del INIA, ubicado en Vicuña (región de Coquimbo) y en funcionamiento desde el año 1990. Su Encargada, la Dra. Carolina Pañitrur, indicó “parte del germoplasma colectado en este estudio será también propagado y reintroducido a escala piloto, en las áreas naturales donde fue colectado, para aumentar la población de aquellas especies más amenazadas (por ejemplo los cerros de la localidad de Paposo, Taltal), y de esa manera contribuir a mejorar o mantener el estado de conservación de ellas”. Además, indicó, que “estas acciones aportarán, significativamente, a la implementación del Plan de Recuperación, Conservación y Gestión de la flora costera del norte de Chile, actualmente bajo la supervisión del Ministerio del Medio Ambiente”.
Cabe precisar que las acciones antes mencionadas, serán difundidas a través de la generación de material didáctico, charlas, talleres, etc. que permitan poner en valor la biodiversidad de la región de Antofagasta y en especial su flora costera.