Escultura del Padre Hurtado en Antofagasta recibe restauración y nueva bendición
En conmemoración de los 80 años del Hogar de Cristo, la emblemática escultura del Padre Alberto Hurtado, ubicada en el Paseo Prat de Antofagasta, recibió una nueva bendición casi dos décadas después de su inauguración. La obra, creada por la escultora Francisca Cerda, ha sido replicada en ciudades de todo el país y representa un símbolo del compromiso del sacerdote con los más vulnerables de Chile. En esta ocasión, se le realizó una “mano de gato” para realzar su esplendor, aprovechando el aniversario de la institución.
El acto contó con la presencia de Andrea Cox, jefa social territorial del Hogar de Cristo, quien destacó la importancia de mantener vigente el mensaje del Padre Hurtado. “El Padre Hurtado representa el compromiso inquebrantable con los más vulnerables de nuestro país. Esta escultura en Antofagasta es un símbolo de esos valores que él siempre defendió y que hoy, 80 años después, nos inspiran a seguir trabajando”, señaló Cox, emocionada.
La ceremonia también estuvo marcada por la participación del sacerdote jesuita Paul Mackenzie, quien fue capellán del Hogar de Cristo entre 2002 y 2008 y bendijo la estatua al momento de su inauguración en 2005. En su discurso, Mackenzie recordó la influencia del Padre Hurtado en la comunidad de Antofagasta. “Esta estatua se inauguró justo en octubre, en medio de la canonización del Padre Hurtado, y quedó desde entonces ubicada en el corazón de la ciudad y en el corazón de todos los antofagastinos. Él sigue siendo un referente social en la ciudad, por eso es emocionante e importante volver a rendirle homenaje a su figura y, por sobre todo, a los valores que él personificaba”, expresó Mackenzie.
La escultora Francisca Cerda, miembro de la Academia de Bellas Artes, ha sido reconocida por su dedicación a la obra del Padre Hurtado, con esculturas que reflejan su vida y legado en diversas ciudades. Construidas en materiales duraderos como hormigón y acero, estas figuras representan el espíritu del sacerdote que dedicó su vida a la defensa de los excluidos.
Para quienes asistieron a la ceremonia en el Paseo Prat, el evento fue un recordatorio vivo de la relevancia social del Padre Hurtado y un llamado a la comunidad a continuar su legado. “Esta imagen, en la que el Padre Hurtado trabaja la tierra con sus propias manos rodeado de niños, es una representación tangible de su llamado a construir una sociedad más justa y solidaria, desde el esfuerzo y la dedicación diaria. No es solo un recordatorio de su obra, sino una invitación constante a todos nosotros para seguir ese camino y hacer de Chile un hogar donde nadie quede fuera”, concluyó Andrea Cox, visiblemente emocionada.
Esta escultura se ha convertido en un referente de solidaridad en la región, inspirando a generaciones a sumarse al esfuerzo de construir un país donde todos tengan su lugar.
Foto: Soychile.