Estudio de vacuna Sinovac en población infantil de Antofagasta suma sus primeros 25 niños
El estudio que evaluará la eficacia, inmunogenicidad y seguridad de la vacuna de Sinovac en la población infantil de Antofagasta ya registra 25 niños inoculados, quienes ahora son parte de un proceso de seguimiento que durante 13 meses realizará un equipo médico compuesto por pediatras y enfermeras. Los responsables de la investigación explicaron que estos datos serán clave en decisiones de salud pública, ya que con esta información las autoridades conocerán el tiempo de protección que brinda una dosis y sabrán cuál es el periodo necesario para aplicar un refuerzo.
El estudio partió hace dos semanas y su director es Angello Retamal, doctor en genética molecular y microbiología del Departamento de Biotecnología de la Facultad de Ciencias del Mar y Recursos Biológicos de la Universidad de Antofagasta; mientras que el investigador principal es el jefe de Pediatría del Hospital Regional, el académico Antonio Cárdenas. Inicialmente, la investigación estaba dirigida a niños desde los tres años, pero el país comenzó la vacunación en el rango de los seis a los 17 y la semana pasada, el ISP autorizó la inoculación a niños de tres y cinco años.
Para Cárdenas es una gran noticia que se ampliara la edad de vacunación, ya que se trata de un segmento de la población que estuvo en sus casas desde el comienzo de la pandemia y ahora está regresando a clases presenciales. “Esta mayor movilidad es factor de contagio, y si los vacunamos tendremos más control sobre la epidemia. Aunque se trata de un grupo en el que los cuadros no son tan graves, sí tenemos casos de niños hospitalizados con PIMS y por ello es positivo el proceso que autorizó el ISP”, aseguró.
La investigación que se desarrolla en Antofagasta con CoronaVac sigue en pie, detalló el pediatra, pero ahora la diferencia es que solo colocarán la vacuna, porque anteriormente con un sorteo se determinaba si los niños recibían un placebo o la dosis. “Así que estaremos contactando por este sorteo no tuvieron la vacuna para aplicarla y quienes ya cuentan con ella, tendrán la segunda dosis. El proceso sigue en las mismas condiciones de seguridad y seguimiento, que es la gran ventaja que ofrece nuestro estudio”, manifestó el médico.
El investigador señaló que el pasado viernes la cifra de participantes en el estudio llegó a 25 y el 80% de esto grupo, lo componen menores entre los tres y cinco años. “Es un número aceptable considerando que el proceso es un poco más lento porque realizamos PCR y estudio de antígenos para determinar que no tuvieran la enfermedad. Como el ISP autorizó la vacunación, creo que llegará más gente a participar con nosotros, principalmente, por la seguridad que ofrecemos, con un equipo de cuatro pediatras y dos enfermeras quienes realizan un acompañamiento semana a semana y están disponibles para cualquier consulta de los padres”, destacó.
Para la investigación requieren de 148 voluntarios y la inscripción es a través de la página web www.pedcoronavacfase3.cl. El especialista llamó a los padres a ser parte de este proceso indicando que el sistema de inscripción permite un orden que facilita la atención, esperan a las familias y éstas no deben realizar ninguna fila en el Hospital Clínico de la Universidad de Antofagasta.
“El estudio ofrece seguridad”
El director del estudio, Angello Retamal, consideró que la evidencia que han levantado de forma local también influyó en la decisión del ISP de ampliar la edad de la vacuna Coronavac desde los tres años. “El estudio se abre y sabremos quiénes recibieron vacunas y placebo, lo que comunicaremos a los padres. En el caso de quienes recibieron placebo, ellos pueden decidir si se vacunan afuera o continúan con nosotros, con lo cual tienen una ventaja, un seguimiento de 13 meses con un equipo clínico. Esto es valioso porque ofrece garantías de seguridad y acompañamiento”, subrayó.
Tras la aprobación del comité de ética esta semana, volverán a enrolar a niños desde los tres años. Con esta reprogramación del protocolo tendrán una reunión con el centro responsable del estudio, la Universidad Católica, para tener un lineamiento general de cómo seguirán trabajando.
El doctor en genética molecular y microbiología dijo que la investigación mide la seguridad e inmunogenicidad de la inoculación, para conocer cómo los niños y niñas responden con su sistema inmune generando anticuerpos y linfocitos T para responder a la infección viral.
“El estudio nos sirve para seguir levantando datos sobre la efectividad de la vacuna en esta población infantil. Hay artículos publicados en revistas internacionales que avalan el uso de CoronaVac en niños. También se publicaron datos de la vacunación en adultos que muestran la reducción en un 80% de la muerte por Covid-19; reducción de un 85% en la ocupación de camas UCI y vemos que la infección por coronavirus transita más bien por estados moderados a leves que severos. Los pacientes que hoy ingresan a las unidades críticas no cuentan con el esquema de vacunación o lo tienen incompleto. Por eso llamamos a la población adulta a que completa el esquema de inoculación para ampliar lo que popularmente se conoce como inmunidad de rebaño para reducir las tasas de contagio”, manifestó el académico de la UA.
Con los datos que obtengan, los investigadores podrán determinar cuántos son los títulos de anticuerpos y la cantidad que está presente en los niños durante un año, información que precisará si es necesario un refuerzo. Retamal expuso que la información preliminar indica que los niños desarrollan mayor cantidad de anticuerpos neutralizantes que los adultos contra el virus. Sin embargo, necesitan conocer por cuánto tiempo estarán esos anticuerpos en la sangre. “Con esta información se tomarán decisiones sobre si es necesario un refuerzo de la vacuna y en cuánto tiempo se requiere. El estudio no termina con la aprobación del ISP para vacunar a menores de hasta tres años, al contrario, nos estimula a generar más datos, a un seguimiento de campo para la positividad de Covid-19, sobre todo, pensando que desde marzo del próximo año retornaría la presencialidad en todos los colegios”, apuntó.
El académico reiteró que el acompañamiento ha sido el principal interés desde el inicio de las campañas de vacunación, junto con generar plataformas para acercar y mejorar la logística de las vacunas, por ello también almacenan y contribuyen a la distribución de Pfizer, que requiere cadenas de frío y condiciones especiales. “Este es nuestro principal interés, va a más allá de lo científico para responder a un problema de salud pública”, concluyó Angello Retamal.